miércoles, 27 de abril de 2011

Vuelta al origen

Mientras a Matt lo destinaban a Vietnam, y Jean gritaba en París la palabra libertad, Francisco emigraba. En busca de un sueldo digno decidió irse a Suiza, y así lo hizo. Su hermano, esa noche había dormido en comisaría. Al parecer le descubrieron cantando vestido de coplera; y su hermana estaba en Ibiza, con algo que llamaban movimiento hippie. Él no sabía que significaba eso, tan solo que debía de conseguir ese puesto de albañil. Cuando aquel Seat 600 le dejó en la frontera con Francia, volvió la vista atrás. Creyó que nunca volvería a España, que aquella dictadura permanecería impertérrita. Al igual que la paloma de Lorca, se equivocaba.

Matt regresó sin pierna, y murió alcoholizado. Jean ahora es un abogado de éxito, aunque sometido en su trabajo a diario. Y Francisco, ya jubilado, ha vuelto a su casa de siempre, sonríe cuando sus nietos llegan a verle en vacaciones, y solo se permite el lujo de llorar cuando se van. No lloró hace 50 años, pero se ha ganado un descanso.

La perla africana

Nadie en la calle excepto ella. A lo lejos, se oye música. Ella no la escucha. No conoce el idioma de su nueva patria, ni tiene a nadie a quien contar sus inquietudes. De donde viene, decían que era como una perla. Como el perfume del ébano. Ahora es dura como la roca. Su olor, de colonia barata. La gente que le habla es porque sabe que la perla africana te hace feliz por muy poco. Ella buscaba el paraíso. No tiene nombre. El nombre lo perdió cuando su dignidad decidió marcharse. De pronto, empieza a oír la música. Antes le recordaba a su casa. Ahora ya no, ahora simplemente llora. El paraíso no se creó para ella.

domingo, 3 de abril de 2011

Nost.

Después de todo la nostalgia existe.
Aunque no lloremos en los aeropuertos fantasmales
ni sobre las almohadas de casa
ni bajo el cielo estrellado.

Yo nostalgio, tu nostalgias.
Sé que voy a quererte sin preguntas,
sé que vas a quererme sin respuesta
Quizás porque sabes cuanto pienso en ti.
Porque, cada vez que piensas en mi,
nuestros pensamientos se besan en la distancia.

Puede que sean ilusiones de un loco, o de un tonto,
pero ven a dormir conmigo.
No haremos el amor,
él nos hará.