Yo la quise, yo la quiero, yo la querré.
Yo la odié, yo la odio, yo la odiaré.
No pretendo que me quiera, ni tampoco una palabra
que me ilumine el alma y me de esperanza.
Sólo pretendo olvidarla después de tanto tiempo,
pero es un imposible que me atormenta día a día,
dejándome triste y solitario en mi interior.
Interior que nadie ve, pero que se encuentra en lo más profundo de mí,
que saliendo por la noche se dispone a atacarme con tiranía,
mordiendo, marchitando e incluso matando mi ilusión.
Y ante él nada puedo hacer, pues es mi propia vida,
y la única vía de escape aún no la contemplo.
Pero quien sabe, si dentro de un tiempo,
esto cambie y logre por fin poner en mi interior
la ansiada paz que tanto busco,
y de un disparo en el corazón,
logre acallar a mi interior.
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